martes, 29 de mayo de 2007

El Informe Presidencial según Acción Nacional

Sobre la propuesta del PAN sobre cambiar el formato del Informe Presidencial para que lo presente por escrito el 1º de febrero de cada año para que lo estudie el Congreso durante 20 días al termino de los cuales por escrito enviará al presidente sus cuestionamientos, comentarios y sugerencias, para que el presidente comparezca en sesión solemne y responda las preguntas que se le hagan.

La intención es buena, pero como que quedan asuntos por definir.

Primero que nada hay que entender porqué el presidente va al Congreso. En 1824 se estableció que a la apertura de sesiones del Congreso, acto considerado como solemne, el presidente acudiría como invitado especial y diría unas palabras por dicho evento, al cual le contestaría el presidente del Congreso. Era un acto protocolario más. En 1857 se formalizó que no nada más fuera el presidente para atestiguar la apertura de las sesiones, sino que se aprovechara su visita para informar el estado en que se encontraba la Nación –informe que ya se venía dando pero que se hizo obligatorio al incluirse en el texto constitucional.

Cabe señalar que en todo este tiempo, el presidente también iba a la clausura de las sesiones, sin que mediara una ley que lo obligase a ello; por eso el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, apegándose al texto constitucional, dejó de asistir a las clausuras de las sesiones. Desde entonces el formato es prácticamente el mismo.

Luego entonces el presidente va al Congreso por dos razones: por un lado porqué el inicio de las sesiones ordinarias es un evento constitucional al que por puro republicanismo la asistencia de los otros dos poderes es meramente protocolaria y manifiesta (o debería de manifestar) la unión de las instituciones del país.

Por otro lado, porque el presidente debe de rendir cuentas a los representantes de la Nación por puro equilibrio de poderes y es allí donde el esquema actual del Informe Presidencial ha caducado. Por eso es viable que se quiera cambiar dicho formato y puede ser que la mecánica que se plantea para su comparecencia sea una opción que llegue a funcionar. Y como todo, seguramente es perfectible.

Lo malo de la propuesta es que es una medicina a la enfermedad de Estado que dejó el presidente Vicente Fox al no poder asistir al recinto del Congreso, que ahora el PAN quiere suministrar como paliativo antes de que el presidente Felipe Calderón se tenga que enfrentar al 1º de septiembre de 2007. En otras palabras, se da en medio de una coyuntura que obliga al cambio y cuyo resultado no será la mejor opción para el país, sino para los actores políticos de este trienio, con lo que la solución no tiene miras a largo plazo sino a la inmediata cita que se tendrá antes de que comience el próximo período de sesiones.

Como sea, ya entrados en el tema añadiría dos temas a revisar: primeramente que se plantea (nuevamente) que el presidente solamente debe de ir al Congreso para entregar y contestar el informe y al parecer se cierran canales de acercamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo. Sería benéfico para el país que además de los dos días al año propuestos por el PAN el presidente asistiera más seguido al Congreso, aunque solamente fuera como un invitado a una apertura de sesiones en que no dijera nada. Con la sola aceptación del presidente en el recinto, el país sabría si las cosas van bien o no entre los legisladores y el presidente (como originalmente se contempló las visitas del presidente en 1824).

El otro tema sería más de forma, aunque la forma es fondo. Si el informe se entrega el 1º de febrero de cada año, se entiende que sería sobre la situación del país del año que termina, pero si el presidente dejó el poder el 30 de noviembre anterior, ¿a poco el nuevo presidente que lleva dos meses en el cargo entregaría el informe de su antecesor? Ya de por sí era criticable que el presidente rindiera su informe el 1º de septiembre y que de allí pasaran cuatro meses sin reportar al Congreso, ¿ahora como sería eso de que el presidente lo presenta en febrero para que deje el poder diez meses después?

¡Como que las fechas no checan! ¡Pareciera que solamente se busca posponer de septiembre de 2007 a febrero y marzo de 2008 una cita que Calderón tiene con el Congreso! ¡Total, para los informes del fin del sexenio le cuelga un rato en el que se pueden hacer nuevos parches al informe!

Ahora que con eso de que Fox actúa muy a la forma gringa de que se sigue llamando “presidente” y que hace su “biblioteca” a la manera de los expresidentes estadounidenses, ¿no será que el PAN también propondrá que el cambio de poderes del Ejecutivo se pase del 1º de diciembre al medio día del 20 de enero? o pero aún ¿que en vez de protestar con el brazo derecho en alto se jure con la mano sobrepuesta en la Biblia?

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